Enós 1:4-5
Y mi alma tuvo hambre; y me arrodillé ante mi Hacedor, y clamé a él con potente oración y súplica por mi propia alma; y clamé a él todo el día; sí, y cuando anocheció, aún elevaba mi voz en alto hasta que llegó a los cielos. Y vino a mí una voz, diciendo: Enós, tus pecados te son perdonados, y serás bendecido.
Enós 1:12
Y aconteció que después que hube orado y me hube afanado con toda diligencia, me dijo el Señor: Por tu fe, te concederé conforme a tus deseos.
Alma 33:5
Sí, ¡oh Dios!, y fuiste misericordioso conmigo cuando te invoqué en mi campo, cuando clamé a ti en mi oración, y tú me oíste.
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Esta respuesta proviene del Libro de Mormón: Otro Testamento de Jesucristo. Es un volumen de escritura similar a la Biblia y expande los principios de la fe, la esperanza, la oración, el servicio y muchos más.