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Palabras similares a estas escuché en el 2011 cuando apenas contemplaba la posibilidad de comenzar mis estudios superiores, sin saber cómo lo haría para pagar los gastos económicos que esto traería consigo. Sentí esperanza, gozo, paz...y una vez más supe que mi Padre Celestial conocía las intenciones y los deseos de mi corazón. Supe que este programa me facilitaría una oportunidad más de aprendizaje y progreso tanto temporal, así como espiritual. Comencé mis preparativos para participar del FPE, y cuanto más leía y me capacitaba para el mismo, más aprendía de mis atributos como hija de Dios, la importancia de establecer metas específicas, el valor de establecer un presupuesto, la autosuficiencia, la educación y el trabajo tal cual se enseña en las escrituras en el Libro de Doctrinas y Convenios en la sesión 130:18.
Actualmente soy terapista ocupacional y trabajo como agente de ayuda en la rehabilitación y salud física de personas, a quienes a través de mi conocimiento puedo servirles y proveerles alternativas para la participación plena en su ambiente.
Estoy agradecida por la oportunidad que tuve de participar del FPE, un Programa inspirado por Dios, y por los frutos que el participar de este ha traído a mi vida profesional, personal y espiritual.