Al comienzo de cada práctica, había una o dos hermanas a quienes se les había asignado con anterioridad a compartir sus testimonios. En varias ocasiones no sólo compartían sus testimonios con nosotras, sino que también compartían algunas experiencias de sus vidas. Aprendí mucho de sus experiencias y de sus testimonios. Muchas de ellas habían pasado por pruebas muy difíciles. Algunas de estas pruebas incluían cuidar de un miembro familiar que tenía una discapacidad; el fallecimiento de uno o más seres queridos; el divorcio; el haber pasado por un proceso de arrepentimiento, entre otros. A pesar de que cada prueba fue diferente para cada hermana, todas ellas tenían algo en común: fue con la ayuda del Señor que pudieron superar sus pruebas. Y fue con la ayuda del Señor que sus corazones se habían sanado. Los testimonios que ellas compartieron eran fuertes y poderosos. Sé que fuera de las prácticas del coro, a donde sea que ellas iban otros, de lo más seguro, las veían como mujeres fuertes, ejemplares y como mujeres de fe.
Además, aprendí mucho de las canciones que cantamos. Cada himno contiene verdad pura. Algunas de esas verdades son sobre el presente. En la canción 'We Listen to a Prophet's Voice', por ejemplo, se declaraba que tenemos un profeta viviente quien ha sido llamado por Dios y quien confirma que somos conocidos por nuestro Señor Jesucristo. Otras canciones hablaban sobre promesas y acontecimientos futuros, tales como los himnos 'Hijos del Señor, venid' y 'Let Zion in Her Beauty Rise'. Estos himnos describen la Segunda Venida de Cristo y cómo Él reinará sobre la tierra; que cuando Él venga, todos prorrumpirán en alabanzas hacia Él; que Él vendrá a limpiar la tierra de toda iniquidad, y que todo hombre dejará el pecado atrás, y estaremos llenos de paz y amor el uno por el otro.
Finalmente, aprendí sobre el Espíritu que podemos sentir al prestar más atención a las palabras de los himnos de la Iglesia. Son oraciones a nuestro Padre Celestial. Uno en particular de los que cantamos en la conferencia fue 'Oh, May My Soul Commune with Thee'. En este himno, le estábamos pidiendo a nuestro Padre Celestial que, en momentos de soledad, nos 'envolviera' en sus brazos; que con delicadez y dulzura guiara nuestras mentes para conocer más Su voluntad; y que, en momentos de tumulto y confusión, nos otorgara paz y una porción mayor de Su amor.
Amo estos himnos y lo que aprendí de ellos. Todos son inspirados y contienen verdad pura que nos puede acercar más a nuestro Salvador. Son una guía (literalmente, son como otro libro de escrituras). Estoy agradecida que podamos aprender y compartir nuestros testimonios por medio de los himnos, y estoy agradecida de haber tenido la oportunidad de hacer eso durante la Conferencia General.