Invitamos y Ayudamos

Invitamos y Ayudamos
El evangelio de Jesucristo consiste de todas las verdades eternas que Él enseña desde que se comunica con el hombre. Incluye las leyes, convenios y ordenanzas de Su sacerdocio que son requeridas para nuestra salvación. Es decir, son los pasos que toda persona debe andar con tal de progresar en esta vida por el sendero angosto y estrecho que lleva a la Vida Eterna [i] .
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Jesucristo da a conocer Su evangelio a todos los hijos del Padre Celestial con la ayuda de los miembros de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días y mediante el Espíritu Santo. Ello permite a que las personas que lo reciben desarrollen fe en Jesucristo, se arrepientan verdaderamente de sus pecados y se preparen para entrar en convenios con Él, por medio del bautismo y las demás ordenanzas de Su sacerdocio.

El poder de salvación de las ordenanzas del sacerdocio de Jesucristo radica en la obediencia a los diferentes convenios que hacemos en cada una de ellas. Se nos ha llamado a ser un pueblo que honra y guarda los convenios. Como leemos en Doctrina y Convenios, “toda persona que pertenezca a esta Iglesia de Cristo procurará  guardar todos los mandamientos y convenios de la iglesia”[ii]. Esto se debe a que las bendiciones prometidas por nuestro Señor Jesucristo en los convenios están predicadas en nuestra obediencia.[iii]

Participamos de la obra del Padre Celestial y de Jesucristo al compartir el evangelio restaurado con nuestros seres queridos y con toda persona que tenemos a nuestro alcance. Entre muchas razones, lo hacemos porque:

  • Amamos a nuestro Padre Celestial y a Su Hijo Jesucristo y deseamos ser parte de Su obra[iv]
  • Amamos a todos los hijos de Dios
  • Al hacerlo cumplimos con nuestros convenios bautismales de ser “testigos de Dios en todo tiempo, y en todas las cosas y en todo lugar en que estuvieseis”[v]
  • Nos llena de gozo[vi]
  • Una bendición del convenio del bautismo es que el Señor Jesucristo “derrame su Espíritu más abundantemente”[vii] sobre nosotros
  • Al ayudar a salvar almas de la muerte, ello nos ayuda a nosotros a evitar pecados.[viii]
  • No podemos soportar ni la idea de “que alma humana alguna pereciera”[ix]

Nuestro mensaje es el evangelio de Jesucristo. Nuestro propósito es el invitar a las personas a venir a Cristo al ayudarlas a que reciban el evangelio restaurado mediante la fe en Jesucristo y Su expiación, el arrepentimiento, el bautismo, la recepción del don del Espíritu Santo y el perseverar hasta el fin. A continuación aparecen algunas sugerencias.

  • Invitamos (hallamos “a quienes os reciban”[x]) cuando:
    • Oramos y nos dejamos guiar por el Espíritu Santo
    • Somos “ejemplo de los creyentes”[xi]
    • Hablamos con todos ejerciendo la fe en Jesucristo, incluyendo el uso de tarjetas de obsequio[xii]
    • Somos serviciales a los demás
    • Cultivamos amistades con nuestros vecinos y compañeros de trabajo o escuela
    • Invitamos a otras personas a reuniones y actividades en la Iglesia
    • Compartimos con otros el Libro de Mormón con nuestro testimonio escrito y videos de la Iglesia
    • Abrimos la boca para compartir el evangelio[xiii]
    • Compartimos el evangelio restaurado en línea[xiv]
    • Conocemos y participamos del plan misional del barrio o la rama
    • Brindamos buenas referencias a los misioneros de tiempo completo
  • Ayudamos cuando:
    • Invitamos a los misioneros de tiempo completo a hacer noches de hogar especiales en nuestra casa
    • Somos fieles a mandamientos y convenios
    • Somos buenos amigos para los que ayudamos a enseñar
    • Acompañamos a los misioneros de tiempo completo a enseñar y nos preparamos bien al reunirnos con ellos de antemano
    • Participamos del contacto diario que el líder misional y los misioneros de tiempo completo coordinan con las personas que enseñan
    • Ayudamos a acompañar y/o a transportar personas a la Iglesia los domingos
    • Somos maestros orientadores y maestras visitantes diligentes
    • Hacemos y ayudamos a otros en la historia familiar

El presidente Ezra Taft Benson enseñó, “Dios nos ha mandado llevar este evangelio a todo el mundo; ésa es la causa que debe unirnos en la actualidad. Únicamente el evangelio salvará al mundo de la calamidad de la autodestrucción y unirá en la paz a los hombres de todas las razas y nacionalidades. El evangelio es lo único que dará gozo, felicidad y salvación a la familia humana”[xv].

Sé que tendremos éxito en ser miembros-misioneros diligentes si invitamos a otros y les ayudamos a recibir el evangelio restaurado. Lo haremos por amor hacia el Padre Celestial y Jesucristo y por gratitud. Lo haremos también porque es “lo que será de mayor valor”[xvi] para nosotros, para que junto con estas almas que ayudemos reposemos en el reino del Padre Celestial.


[i] Véase 2 Nefi 31:17-21

[ii] D. y C. 42:78

[iii] D. y C. 130:20-21

[iv] Véase Moisés 1:39

[v] Mosíah 18:9

[vi] Véase D. y C. 18:10-16

[vii] Mosíah 18:10

[viii] Santiago 5:19-20; TJS 1 Pedro 4:8

[ix] Mosíah 28:3

[x] D. y C. 42:8

[xi] 1 Timoteo 4:12

[xii] Véase Predicad Mi Evangelio, pág. 169

[xiii] Véase D. y C. 24:6, 12; 28:16; 30:11; 33:8-10; 60:2, 13; Moisés 6:32

[xiv] https://www.lds.org/church/share?lang=spa

[xv] Véase Predicad Mi Evangelio, pág. 167

[xvi] D. y C. 15:6