Creer y actuar para recibir las promesas

Creer y actuar para recibir las promesas
José Smith enseñó que “una religión que no requiere el sacrificio de todas las cosas, nunca tiene el poder suficiente con el cual producir la fe necesaria para llevarnos a vida y salvación” (Lectures on Faith, pg.58). Pronto tendremos el ajuste anual de diezmos. Será una oportunidad de asegurarnos que nuestros libros registren correctamente parte de nuestra vida, podremos ver que los libros reflejen nuestra fe. En el libro de Apocalipsis 20: 11-12, que dice:
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“Y vi un gran trono blanco y al que estaba sentado en él, de delante de cuya presencia huyeron la tierra y el cielo; y no fue hallado ya ningún lugar para ellos. Y vi a los muertos, grandes y pequeños, de pie delante de Dios; y los libros fueron abiertos; y otro libro fue abierto, el cual es el libro de la vida. Y fueron juzgados los muertos por las cosas que estaban escritas en los libros, según sus obras”.

En el día del juicio los libros serán abiertos y el Elder Bruce R. McConkie enseñó acerca de cuáles serán los libros que se abrirán para juzgarnos: “Los libros fueron abiertos. ¿Qué libros? Los libros canónicos de la iglesia, las sagradas escrituras donde la ley del Señor se registra y la instrucción es dada en cuanto a cómo el hombre debe caminar en esta vida probatoria; también los registros de la Iglesia donde se registran la fe y las buenas obras de los santos -los registros de su bautismo, matrimonio celestial, pago del diezmo, servicio misional y sus actos de devoción y adoración”. (emphasis added, New Testament Doctrinal Commentary olumen III, page 578).

Asistir al ajuste anual de diezmos y ofrendas es una oportunidad para asegurarnos que nuestros registros estén correctamente asentados. Es una oportunidad de reunirnos con nuestro obispo y demostrar que creemos en las promesas de nuestros convenios y que actuamos de acuerdo a lo que hemos prometido a nuestro Dios. 

Las promesas

Tenemos la promesa de que si pagamos nuestros diezmos y ofrendas las ventanas de los cielos se abren para derramar “una bendición tal que no haya donde contenerla.” (Malaquías 3:7) Este tipo de bendición incluye no solo asuntos temporales sino espirituales también.

También tenemos una promesa de protección sobre nuestros frutos o esfuerzo: “Y reprenderé al devorador por el bien de vosotros, y no destruirá los frutos de vuestra tierra; ni vuestra viña en los campos dará su fruto antes de tiempo, dice el Señor de los Ejércitos”. (3 Nefi 24:11) Esto incluye los frutos de la vida moderna, tales como una carrera o cualquier otro esfuerzo que hayamos hecho por edificar algo.

Una invitación a actuar

Para recibir estas promesas el Señor nos invita a ir a Él. Una forma de ir a Él es mediante los convenios que tenemos. El pago de diezmos y ofrendas forman parte de nuestros convenios o de lo que hemos prometido a Nuestro Padre Celestial que haríamos. El Señor nos recuerda que cuando no guardamos nuestros convenios nos alejamos de Él. En 3 Nefi habla diciendo “Aún desde los días de vuestros padres os habéis apartado de mis ordenanzas, y no las habéis guardado”. Luego nos invita a ir a Él con la promesa de que El vendrá a nosotros:   “Volveos a mí, y yo me volveré a vosotros, dice el Señor de los Ejércitos”. Entonces nos explica que mediante el pago de diezmos y ofrendas nos volvemos a Él. (3 Nefi 24:7-8)

Luego de esto, nos invita a actuar al decir “probadme ahora en esto”. Es tiempo de creer en las promesas de un Dios poderoso y actuar para recibir dichas bendiciones.

Yo sé que el pago de los diezmos y ofrendas abre las ventanas de los cielos y activa nuestras bendiciones. Es una manera de elevarnos para vivir a la altura de nuestros privilegios. Sé que Dios vive. Sé que es un Dios de verdad. El cumple lo que promete.