
“Y vi un gran trono blanco y al que estaba sentado en él, de delante de cuya presencia huyeron la tierra y el cielo; y no fue hallado ya ningún lugar para ellos. Y vi a los muertos, grandes y pequeños, de pie delante de Dios; y los libros fueron abiertos; y otro libro fue abierto, el cual es el libro de la vida. Y fueron juzgados los muertos por las cosas que estaban escritas en los libros, según sus obras”.
En el día del juicio los libros serán abiertos y el Elder Bruce R. McConkie enseñó acerca de cuáles serán los libros que se abrirán para juzgarnos: “Los libros fueron abiertos. ¿Qué libros? Los libros canónicos de la iglesia, las sagradas escrituras donde la ley del Señor se registra y la instrucción es dada en cuanto a cómo el hombre debe caminar en esta vida probatoria; también los registros de la Iglesia donde se registran la fe y las buenas obras de los santos -los registros de su bautismo, matrimonio celestial, pago del diezmo, servicio misional y sus actos de devoción y adoración”. (emphasis added, New Testament Doctrinal Commentary olumen III, page 578).
Asistir al ajuste anual de diezmos y ofrendas es una oportunidad para asegurarnos que nuestros registros estén correctamente asentados. Es una oportunidad de reunirnos con nuestro obispo y demostrar que creemos en las promesas de nuestros convenios y que actuamos de acuerdo a lo que hemos prometido a nuestro Dios.
Las promesas
Tenemos la promesa de que si pagamos nuestros diezmos y ofrendas las ventanas de los cielos se abren para derramar “una bendición tal que no haya donde contenerla.” (Malaquías 3:7) Este tipo de bendición incluye no solo asuntos temporales sino espirituales también.
También tenemos una promesa de protección sobre nuestros frutos o esfuerzo: “Y reprenderé al devorador por el bien de vosotros, y no destruirá los frutos de vuestra tierra; ni vuestra viña en los campos dará su fruto antes de tiempo, dice el Señor de los Ejércitos”. (3 Nefi 24:11) Esto incluye los frutos de la vida moderna, tales como una carrera o cualquier otro esfuerzo que hayamos hecho por edificar algo.
Una invitación a actuar
Para recibir estas promesas el Señor nos invita a ir a Él. Una forma de ir a Él es mediante los convenios que tenemos. El pago de diezmos y ofrendas forman parte de nuestros convenios o de lo que hemos prometido a Nuestro Padre Celestial que haríamos. El Señor nos recuerda que cuando no guardamos nuestros convenios nos alejamos de Él. En 3 Nefi habla diciendo “Aún desde los días de vuestros padres os habéis apartado de mis ordenanzas, y no las habéis guardado”. Luego nos invita a ir a Él con la promesa de que El vendrá a nosotros: “Volveos a mí, y yo me volveré a vosotros, dice el Señor de los Ejércitos”. Entonces nos explica que mediante el pago de diezmos y ofrendas nos volvemos a Él. (3 Nefi 24:7-8)
Luego de esto, nos invita a actuar al decir “probadme ahora en esto”. Es tiempo de creer en las promesas de un Dios poderoso y actuar para recibir dichas bendiciones.
Yo sé que el pago de los diezmos y ofrendas abre las ventanas de los cielos y activa nuestras bendiciones. Es una manera de elevarnos para vivir a la altura de nuestros privilegios. Sé que Dios vive. Sé que es un Dios de verdad. El cumple lo que promete.