El 15 de abril del presente año, un grupo de 33 jóvenes adultos solteros de las estacas San Juan, Toa Baja, Ponce y Mayagüez de Puerto Rico, viajaron a República Dominicana para trabajar en el templo y disfrutar de actividades recreativas en las instalaciones del Campamento de Bonao de la Iglesia e Instituto.
Nueve líderes, entre ellos cuatro matrimonios y una hermana adulta soltera acompañaron a los jóvenes, con el propósito de que los JAS tuvieran la oportunidad de visitar el templo y de esta manera fortalecer sus testimonios sobre la obra que se lleva a cabo en los templos y del evangelio restaurado.
Para algunos de estos jóvenes era la primera vez que visitaban un templo de la Iglesia y del grupo 3 jóvenes tuvieron la oportunidad de realizar sus investiduras personales, lo cual llenó de regocijo a los líderes involucrados.
Además de trabajar en el templo, los jóvenes tuvieron la oportunidad de compartir con jóvenes dominicanos algunas actividades, tales como, un baile, ir de campamento por 3 días, devocionales especiales con el élder Julio Cesar Acosta, Setenta de Área y el presidente y hermana Santos, presidente de la misión Santo Domingo Oeste, República Dominicana, el presidente del templo el hermano Rappleye y el élder Walter F. Gonzalez presidente del Área Caribe.
La hermana Neishka M. Perez Martinez del barrio de Arecibo, estaca Toa Baja quien asistió por primera vez al templo comento: “Este viaje al templo fue muy significativo para mí porque fui por vez primera. Jamás pensé que se me diera la oportunidad tan rápido, a un año de ser miembro de la iglesia, más bien lo veía bastante lejos; como de aquí a dos o tres años. De igual manera, fue muy significativo para mí porque estuve en el templo con la persona que sembró la semilla del evangelio en mi corazón, mi mejor amiga y hermana de diferente familia: Xiomara D. Lugo Santiago. Agradezco mucho al Padre Celestial por haberla utilizado como Su mejor herramienta para enseñarme lo más preciado que tengo: el Evangelio de Jesucristo. Estoy tan agradecida con el Padre Celestial por brindarme tan hermosa oportunidad de poder estar en Su casa y hacer ordenanzas, tanto personales como vicarias. Fue una experiencia extraordinaria y llena de muchos sentimientos. Conocí mucha gente linda con las cuales compartí risas, llantos y abrazos. Cuando nos vi a todos en el templo vestidos de blanco, comencé a llorar porque los vi como el Señor nos ve a cada uno de nosotros: príncipes y princesas de Dios, destinados a ser reyes y reinas.
Amé cada devocional porque se sintió un espíritu increíble en cada uno. Éramos como 40 personas, o un poco más, cantando los himnos, pero se sintió como si hubiesen sido 200 personas entonando los mismos. Sé que cada mensaje que recibimos fue inspirado por Dios para que sigamos firmes trabajando en Su obra, manteniendo el arte de conversar y siendo siempre “anfitriones” y no “invitados”. Si antes amaba este Evangelio, ahora siento que lo amo más.
El hermano Victor y su esposa la hermana Mary Sue Marrero, matrimonio asesor del Comité Multi-Estaca de los JAS en Puerto Rico compartieron lo siguiente sobre esta experiencia:
“Deseo primeramente hacer referencia a una experiencia del profeta José Smith cuando se le preguntó, como dirigía a un pueblo tan numeroso y diverso como los Santos de los Últimos Días, el respondió... 'Les enseño principios correctos y ellos se gobiernan a sí mismos'.... todos los participantes del viaje han ejemplificado con su entusiasmo y hechos le realización de las inspiradas palabras del profeta, todos los JAS participantes del viaje han demostrado que han sido enseñando en los principios correctos y diligentemente conducen sus vidas en pos de hacer la voluntad del Señor. Fue hermoso observar como todos ellos con un particular entusiasmo y devoción se embarcaron a realizar todas las ordenanzas por sus antepasados traídas al templo y apoyaron en su primera visita a otros para ser una experiencia edificadora y de fortalecimiento significativo.
Fue una experiencia sumamente especial para todos, porque aprendimos cuan inmensa es la misericordia de nuestro Padre Celestial, cuanto nos ama, fortalece, cuida y lo especial y valioso que somos para Él. Al estar en el templo reconocemos y fortalecemos la importancia de hacer convenios con nuestro Padre Celestial, cuán importante somos para el recogimiento del pueblo de Israel, cuando hacemos lo correcto y la voluntad de Dios. Tener la oportunidad de ir preparándonos para cuando tengamos nuestro templo en Puerto Rico, fue un sentimiento presente en todo momento. Sabemos que servimos a un Padre Celestial vivo y que esta es su Iglesia verdadera, tenemos una generación de jóvenes poderosos en la fe, y deseosos en hacer lo correcto, conduciendo y centrando sus vidas en una buena causa, ciertamente los mejores días están por venir para nuestro amado Puerto Rico”.
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