
La Obra de Salvación y Exaltación
Participamos en la obra de salvación y exaltación conforme venimos a Cristo y ayudamos a los demás a hacer lo mismo. A esta obra la guían los dos grandes mandamientos de amar a Dios y amar a nuestro prójimo (véase Mateo 22:37–39). La obra de salvación y exaltación se centra en cuatro responsabilidades divinamente señaladas que se detallan a continuación.
VIVIR el evangelio de Jesucristo.
CUIDAR de los necesitados.
INVITAR a todos a recibir el Evangelio.
UNIR a las familias por la eternidad.

Unidos al Salvador por medio de convenios y ordenanzas
“Ahora bien, a cada miembro de la Iglesia le digo: Manténgase en la senda del convenio. Su compromiso de seguir al Salvador, haciendo convenios con Él y luego guardando esos convenios, abrirá la puerta a cada privilegio y bendición espirituales que están disponibles para las mujeres, los hombres y los niños en todas partes.” (Presidente Russell M. Nelson - Presentación de la Primera Presidencia enero 14, 2018
“Sí, venid a Cristo, y perfeccionaos en él…” (Moroni 10:32-33)

Vivir el evangelio de Jesucristo
1. Participaré regularmente de la Santa Cena
2. Oraré y estudiare las escrituras diariamente
3. Buscaré las bendiciones del sacerdocio
Invitar a todos a recibir el evangelio
1. Prestaré servicio misional
2. Compartiré el evangelio en una manera natural
3. Ministraré a los nuevos conversos
Cuidar de los necesitados
1. Viviré la ley del diezmo y de las ofrendas
2. Trabajaré para ser autosuficiente
3. Serviré a mi prójimo
Unir a las familias por la eternidad
1. Mantendré una recomendación vigente para el templo
2. Participaré de las ordenanzas del templo
3. Encontraré a mis antepasados y efectuaré las ordenanzas por ellos