
Acerca de su llamamiento ellos comentan: “Nos encanta trabajar con los líderes locales, es una bendición poder ayudarles a entender la responsabilidad que es cuidar los fondos del Señor. Amamos la gente que trabaja junto a nosotros en las oficinas de la Iglesia ubicadas en Santo Domingo, R.D. muchos de ellos nos ayudan con nuestro llamamiento. La República Dominicana es un país muy bonito y la gente que vive aquí reflejan la belleza que existe en sus corazones y sus vidas. Estamos muy agradecidos por la oportunidad de servir.”
“Hemos aprendido la necesidad que existe y los beneficios que aportan a la Iglesia los misioneros mayores. Durante la misión hemos visto como El Señor nos ha ayudado a hacer cosas que normalmente no seríamos capaces de hacer con nuestros propios talentos y habilidades. El Señor nos ha permitido tener experiencias y adquirir conocimientos a lo largo de nuestras vidas con el propósito de poder estar listos de servir en el Reino de Dios.”
“Sin duda, sabemos que podríamos encontrar muchas cosas que hacer en nuestra casa con nuestra familia, pero también creemos que le debemos tanto al Señor, que por ahora deseamos estar al servicio de Él.”
“Probablemente no hay manera mejor de expresar agradecimiento al Todopoderoso que servir en una misión de tiempo completo”.
Elder y hermana Sorensen tienen 3 hijos y 9 nietos. Esta es la segunda misión para Elder y hermana Sorensen.