El 17 de septiembre, se celebra el aniversario número 20 de la dedicación del Templo de Santo Domingo, República Dominicana. Fue este día, pero en el año 2000, cuando el presidente Gordon B. Hinckley, quien en ese entonces era el Presidente de La Iglesia, viajó al país para dedicar el templo y ofrecer la oración dedicatoria.

El programa de puertas abiertas del templo atrajo a casi cuarenta mil personas. Después de una visita guiada de este, un periodista local compartió sus sentimientos, “Dentro del templo, uno recibe la impresión de estar en otro mundo… nada en el país se puede comparar con esto”.
El Templo de Santo Domingo fue el número 99 en ser dedicado en el mundo, en ese momento fue el único en el área del Caribe. Más de diez mil miembros Dominicanos y hermanos de Haití, Puerto Rico, y otras islas asistieron a su dedicación.
Veinte años después, el evangelio de Jesucristo y su reino ha continuado avanzando y la cantidad de miembros en el Área del Caribe han continuado creciendo, al hacerlo, han sido bendecidos con la construcción de más templos. Hoy además del Templo de Santo Domingo, cuentan con el templo de Puerto Principe, Haiti, el cual fue dedicado en el 2019, y el templo de San Juan, Puerto Rico, que está en construcción.
Un poco de historia de la iglesia en el país.
En 1978 arribaron al país, procedentes de los Estados Unidos, las familias Rappleye y Amparo; se hicieron amigos y compartieron el evangelio con la familia Bodden, quienes fueron bautizados en agosto de ese mismo año, convirtiéndose en la primera familia en bautizarse en el país. El 7 de diciembre de 1978 se dedicó la República Dominicana para la prédica del Evangelio de Jesucristo. El Elder M. Russell Ballard, en ese entonces miembro de los Setenta, pronunció la oración dedicatoria en el Parque Paseo de los Indios, ante un reducido número de miembros que ya se habían unido a la Iglesia. En la actualidad el Elder Ballard es miembro del Consejo de los Doce. En 1979 se bautizaron más de trescientas personas. Ya para el 1981 se organizó la primera misión y se llegó a un total de dos mil quinientos miembros. En 1986 la membresía había crecido a once mil miembros y en 1998, los miembros de la Iglesia llegaron a la sorprendente cifra de sesenta mil y en 2019, mas de doscientos mil.
ORACIÓN DEDICATORIA DEL TEMPLO DE SANTO DOMINGO, REPÚBLICA DOMINICANA.
PRESIDENTE GORDON B. HINCKLEY
Domingo 17 de septiembre de 2000.
“Dios Todopoderoso, Tú, que eres el Padre de todos los hombres, venimos ante Ti en oración en el nombre de Tu Hijo Jesucristo. Oye nuestra súplica, oh Señor, y concédenos lo que te rogamos.
Hoy nuestros corazones están llenos de acción de gracias y de amor por Ti y por Tu Hijo. También expresamos nuestro amor por Tu Iglesia y Reino, que han enternecido nuestras vidas para bien sempiterno.
Amado Padre, Te damos gracias porque Tu plan divino ha previsto para todos Tus hijos e hijas, sea cual sea el tiempo en el que hayan andado por la tierra, que sigan adelante por el camino que conduce a la inmortalidad y a la vida eterna. Todos recibirán las bendiciones de la Resurrección que vienen de la Expiación de Tu Hijo Amado al que Tú diste al mundo para que todo aquel que en Él cree no se pierda, mas tenga vida eterna. Maravillosa es la oportunidad de lograr progreso y exaltación por medio de la obediencia a las leyes y a los mandamientos del Evangelio de Jesucristo.
Reconocemos con gratitud esta hermosa Casa del Señor que ahora se encuentra entre nosotros. Nos hemos reunido ante Ti este día para entregarla a Ti y a Tu Hijo Amado. Es sagrada para nosotros y rogamos que sea aceptable para Ti.
Actuando con la autoridad del sacerdocio que Tú nos has conferido y en el sagrado nombre de Jesucristo, dedicamos y consagramos a Ti y a Él éste, el Templo de Santo Domingo, República Dominicana, de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días.
Es nuestra ofrenda a Ti, que proviene de nuestro amor y de nuestro deseo de llevar adelante la gran obra que Tú nos has dado para realizar.
Dedicamos el terreno sobre el cual se encuentra este templo y todos los edificios anexos. Dedicamos todas las partes de ésta, Tu casa, desde los cimientos hasta la estatua de Moroni que corona la aguja. Dedicamos el Bautisterio, las salas de investidura, el salón celestial, las salas de sellamiento con sus sagrados altares, las oficinas, la sala de asambleas del sacerdocio y todas las demás partes de esta hermosa estructura. También dedicamos los edificios auxiliares para sus importantes propósitos.
Te suplicamos que permitas que Tu bendición descanse sobre este santo templo. Rogamos que sea consagrado y santificado como Tu casa. Que Tu Santo Espíritu more aquí. Que todos los que vengan dentro de estas paredes sientan ese Espíritu.
Imploramos que ésta sea una casa de paz y un refugio del ruido y de la confusión del mundo. Que crezca en el corazón de los que vengan aquí una convicción firme con respecto a la validez y al propósito de lo que realicen en servicio a Ti y a Tus hijos.
Suplicamos que todos los que vengan aquí con problemas y preocupaciones personales hallen respuesta a sus preguntas y sean inspirados con soluciones para sus dificultades. Que la reverencia reine en todo momento y en todas las circunstancias.
Rogamos que los que pasen por este camino consideren sagrada ésta, Tu casa. Que nada impuro entre por estos sagrados portales. Te suplicamos que la protejas con Tu brazo fuerte de los elementos destructores de la naturaleza y de los hechos malignos de los hombres.
Bendice a los hombres jóvenes y a las mujeres jóvenes para que ellos anhelen con resolución en sus corazones casarse en ésta, Tu santa casa, bajo el convenio que el tiempo no puede destruir y que la muerte no puede romper. Que ellos siempre vivan dignos el uno del otro y que siempre permanezcan fieles a Ti.
Amado Padre, por favor, dirige Tu mirada con amor a Tus hijos e hijas de este país isleño y de las tierras vecinas. Prospéralos en sus labores para que tengan alimento en su mesa y techo sobre sus cabezas. Al acudir ellos a Ti, recompensa su fe y abre Tu mano de providencia hacia ellos. Que hallen paz en medio del conflicto y fe en medio de las tensiones del mundo. Abre las ventanas de los cielos, como Tú has prometido, y deja que las bendiciones se derramen sobre ellos. Que sean fortalecidos en su amor de los unos por los otros. Que encuentren felicidad en su mutuo trato como Tus santos fieles.
Rogamos por la presidencia del templo para que sus miembros tengan fortaleza y vitalidad al llevar a cabo la rigurosa obra de Tu casa. Bendice a todos los que sirvan aquí y hazles sentir amor por la obra. Bendice a todos los que vengan como participantes para que reconozcan la necesidad de la obra que realicen y prémialos por su servicio. Pedimos, amado Padre, que dondequiera que vivan los de Tu pueblo en el distrito de este templo, se les provean de los medios para venir a servir en ésta, Tu santa casa. Que la presencia misma de esta casa aumente la fe y fortalezca el testimonio de los de Tu pueblo.
Oh Dios, Te suplicamos que nos ayudes a Tus hijos. Que Tu solícito amparo esté sobre nosotros. Guárdanos de desgracias y del mal. Que Te adoremos en espíritu y en verdad, y que nuestra adoración sea agradable para Ti.
Así pedimos Tus bendiciones en este sagrado día de dedicación. Rogamos que seamos hallados aceptables ante Ti, limpios de corazón y de manos, y dignos de Tu sonrisa de aprobación. Esto Te suplicamos humildemente, gran Elohim, en el sagrado nombre de nuestro Redentor y nuestro Señor, sí, Tu Hijo Amado Jesucristo. Amén”.
Presidente Gordon B. Hinckley